“No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene hacia la propia”, Mahatma Gandhi, político y pensador indio.
Desde 1996, la Asamblea General de la ONU invitó a celebrar el Día Internacional para la Tolerancia a los Estados miembros de esta entidad, siendo relacionada al día de Mahatma Gandhi, ya que luchaba por el tema de los valores, la paz, la no violencia y la igualdad de las personas.
Maricielo Espinoza, psicóloga de Socios En Salud, hace referencia que la tolerancia significa ser respetuosos, empáticos y solidarios con uno mismo y con las personas que nos rodean. Además, el ser flexibles y saber escuchar, sobre todo en el contexto de pandemia, se ha vuelto primordial, ya que gracias a ello se ha podido brindar ayuda a aquellas personas que han pasado y siguen pasando por un cuadro psicosocial.
Asimismo, ante esta situación, es necesario pensar que esta nueva generación puede aprovechar este tiempo para fomentar la comprensión mutua “Uno mismo debe darse cuenta cómo se dirige hacia otra persona, ya sea delante de un niño o un adulto mayor, comprendiendo las culturas, respetando otras religiones, condiciones socioeconómicas o de enfermedad, diferencias que puedan existir dentro del hogar o fuera de ella y aprender a valorar la singularidad de cada uno”, indica Espinoza.
En este contexto y ante esta pandemia, la tolerancia resulta más esencial que nunca, pues se reconoce los derechos humanos universales, las libertades fundamentales de los demás y la diversidad de los pueblos; por lo cual, es necesario fomentar entre los individuos, así como dentro de la familia y de la comunidad.
Para Socios En Salud eso no es ajeno, pues su premisa del derecho a la salud se hace tangible cuando un enfermero, una psicóloga, una nutricionista o cualquier representante llega a la casa de un paciente, no solo brindará atención sino que se esforzará por crear un futuro en el que se garantice el derecho de toda persona a una atención de salud de calidad.
“Durante esta pandemia, he conocido a profesionales muy amables y empáticos ante la enfermedad y la pobreza. Es un don que se trasmite en todas las intervenciones; ya sea tuberculosis, VIH, covid-19 o enfermedades de salud mental; no hay distinción, solo un enfoque para escuchar, dar y sobre todo acompañar”, menciona.
Espinoza, finaliza enfatizando que, en este contexto, es necesario que las comunidades sepan que pueden contar un espacio de soporte de salud mental, a fin de continuar respetando el sentir de la persona y fomentar la comprensión mutua.
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