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19 junio
Kaila y Kamila sonríen juntas
19 de junio

Desde 2013, la crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela, ha obligado a millones de ciudadanos a dejar su patria y migrar a otros países, como Colombia, Chile y Perú.

En Perú, hay más de 750 mil ciudadanos venezolanos, de acuerdo con cifras de la Superintendencia Nacional de Migraciones (SNM). Este es el caso de la familia Lugo – Díaz, quienes al igual que miles de venezolanos llegaron a nuestro país en busca de una mejor calidad de vida.

Kaila Díaz vino al Perú junto a su hija de 9 años, Samantha, para encontrarse con su pareja, quien ya llevaba unos meses en suelos peruanos, Willman Lugo hizo hasta lo imposible para traerlas. Es en nuestro país donde conciben a la pequeña Kamila.

Kamila tiene casi un mes y medio de nacida, su madre estuvo acompañada durante todo su embarazo por el equipo Salud Materno – Infantil (SAMI), proyecto de Socios en Salud, que logró que Kaila no tuviera complicaciones durante su gestación y que la bebé naciera en perfecto estado de salud.

Apoyo familiar

Kaila y Willman se las ingeniaron para salir adelante, ella trabajó en una pastelería, pero cuando tenía dos meses se enteraron de su embarazo y la despidieron, esa situación no la detuvo y comenzó a vender hamburguesas, gelatinas y marcianos, incluso fue niñera. Por su parte, Willman realizó diversas actividades para llevar alimento al hogar.

“He trabajado en una pulidora de bronce, en un call center, de seguridad, vendí chifles, fui salvavidas y ahora hago mantenimiento en una empresa de transportes“, recordó.

Con tres meses de gestación, Kaila no se había realizado ningún chequeo y se acercó al Centro de Salud de Villa Esperanza de Carabayllo, fue entonces cuando la obstetra del establecimiento se comunicó con el equipo de Salud Materno – Infantil, para que le hicieran un seguimiento.

Intervención

De la zona de Villa Esperanza, Kaila fue una de las primeras gestantes inscritas dentro del programa. Cuando la obstetra, Erika Gonzales y la agente comunitaria, Julia Berrospi llegaron a su casa, encontraron a la futura mamá con depresión, los habían desalojado de la casa donde vivían, no tenían dinero y su papá que está en Venezuela se enfermó.

“En la puerta de la casa estaba su esposo junto a su hija, le preguntamos si conocía a Kaila, nos dijo que si y nos autorizó para que entremos, me sorprendió la confianza “, cuenta Erika.

Ambas les explicaron de que trataba el proyecto y los beneficios que ofrecía. El primer contacto con la familia, llenó de ternura a la obstetra. Al notar la depresión que sufría Kaila, Erika se comunicó con la psicóloga del proyecto para que la visitara.

“Yo era llanto todo el día, no quería comer, solo quería dormir. Por suerte tuve nutricionista, psicóloga y obstetra. En el momento en que me encontraban cabizbaja, todas me subían el ánimo. Hasta nos ayudaron a buscar direcciones para que mi esposo vaya a trabajar “, dijo.

Cada vez que el equipo de Salud Materno – Infantil de Socios en Salud, se encontraba en casa de la familia, Willman se sentía seguro.

“Cuando veía a mi esposa con ellas, me iba a trabajar tranquilo. No hay como describir el tipo de atención, que estén atrás de ti llevándote de un lado a otro, guiándote. Antes de conocer el proyecto, nosotros no sabíamos ni que hacer, fue como tener un médico de cabecera “, contó la cabeza de familia, quien incluso, hacía consultas por Whatsapp o Facebook, recibiendo respuesta inmediata.

El gran corazón de Julia

La agente comunitaria de Salud Materno – Infantil, Julia Berrospi, inició su compromiso de ayudar a su comunidad hace aproximadamente dos años. Julia se mostró satisfecha de conocer a la familia y de ver a Kamila saludable.

“La Sra. Julia tuvo muchos detalles con mi familia, eso hizo que se ganara mi corazón y el de mi esposo, la gente creía que era mi suegra. Las cosas que hace ella representaron la labor que hubiera hecho mi mamá “, relató muy emocionada.

El profesionalismo de Erika

“La acompañamos durante todo el proceso, hacíamos las visitas para revisar su estado de salud y el de la bebé. Kaila cumplió con todos sus controles, la bebé nació con buena hemoglobina y peso correcto. Les agradezco mucho por abrirnos las puertas y confiar en nosotras “, indicó.

La madre se mostró muy agradecida por la atención y el acompañamiento que recibió.

“Tener el apoyo de ellas, representaron a mi familia. Cuando di a luz, muchas personas me hablaron al Whatsapp para saber cómo estaba, no respondí a nadie, me tomé el tiempo de escribirle solo a ellas para presentarles a mi pequeña y agradecerles su trabajo “, finalizó.

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