Carlos tiene veintiocho años, pero se comporta como un niño de cuatro, y su vida depende de la quimioterapia. Para ello, se requiere donación de sangre O+ y plaquetas.
“Me es difícil recordar, supongo que antes de tener a Carlos, yo no esperaba tener hijos. Mi situación era difícil, no estaba planeado. Pero un día te enteras que esperas un bebé con síndrome de Down, y tu corazón te dice—solo es un niño-”, dice María A (67 años), madre del pequeño Carlos.
María recuerda que estaba confundida y se sentía sola, a pesar de tener una pareja. Todos sus pensamientos giraban en torno a qué va a pasar con su niño con esta alteración. Pero su calidad de madre ya empezaba a brotar. Sus pensamientos ya no eran sobre ella o su entonces pareja, ahora solo se centraba en la salud de su hijo.
El síndrome de Down, llana y sencillamente, es una alteración crónica de origen genético que afecta a un aproximado de 28 mil personas en Perú, según la presidenta de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down (SPSD), Liliana Peñaherrera (diario El Comercio, 2014).
“A pesar que Carlos tiene síndrome de Down, siempre ha sido muy colaborador y entusiasta. Pero estos últimos meses solo lo veía dormir y quejarse—dice María, su madre—. Siempre fue atento y muy sentimental. Solo que algo pasaba. Ya no quería comer y se pasaba durmiendo la mayor parte del día”.
En el mes de setiembre del 2015, a Carlos se le diagnóstica leucemia linfática aguda, “una enfermedad muy común y de mayor riesgo en personas con síndrome de Down”, dice el médico Segundo León, Director de Investigación de Socios En Salud.
“La probabilidad de vida de las personas con LLA ha mejorado significativamente; sin embargo, personas con síndrome de Down presentan una mayor incidencia de complicaciones relacionadas con el tratamiento, lo que condiciona de gran modo su pronóstico”, afirma León.
Desde esa fecha, Carlos viene recibiendo quimioterapia en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), gracias al Plan Esperanza --una iniciativa del Estado para la atención del cáncer--. “Estos últimos meses han sido difíciles. Le cuesta comunicarse y es muy impaciente”, menciona Janeth Santacruz, jefa del Programa de Protección Social de Socios En Salud.
La enfermedad está afectado intensamente su sistema inmunológico, “Carlos tiene limitaciones de comunicarse y no controla sus esfínteres por lo que llora cada vez que le duele algo o requiere cambio de pañal”, dice Santacruz.
Desde esa fecha, María ingresó en un cuadro depresivo, no se alimentaba adecuadamente y en el mes de marzo es diagnosticada con tuberculosis sensible. “Para la familia la situación se complica, María a pesar de estar enferma debe atender a su hijo”.
Con el apoyo de Socios En Salud se ha podido cubrir ciertas brechas de atención; sin embargo, es necesario el apoyo de donadores de sangre y plaquetas.
Pese a la voluntad de los médicos del INEN por apoyar a Carlos, es necesario donar sangre y plaquetas, “Cada vez que María va al INEN, le dicen que no es posible. Carlos ya debe 5 unidades de sangre y otras personas también requieren”, dice Santacruz.
Para aliviar la situación de Carlos, solo debes comunicarte con el Programa de Protección Social de Socios En salud, al 960837385, ellos te indicarán como puedes hacer la donación de sangre y plaquetas.
Los donantes deben estar en buen estado de salud, ser mayores de edad y no haber sufrido enfermedades como chikungunya, zika, hepatitis, ni padecer diabetes, ni ser portador de VIH.
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