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22 marzo
Trabajando en salud global: Karim LLaro en 20 años como enfermera de TB en Perú
22 de marzo

Terminé mi carrera de enfermería a inicios del 1997. Luego inicie mi internado; el cual me ayudó a decidir si trabajaría en el servicio clínico u hospitalario o en el servicio comunitario.

Mientras decidía mi destino, una colega me comentó que en el distrito de Carabayllo había una propuesta de trabajo en Socios En Salud para hacer visitas a domicilio a pacientes con tuberculosis resistente. Era una excelente oportunidad, estaba cerca de mi domicilio y sentía que tenía mucho que aprender.

Cuando ingresé a ‘Socios’, no tenía temor de contagiarme porque conocía los riesgos de trabajar con pacientes con TB; sin embargo, mi hija mayor recién cumplía un año de nacida y mi familia tenía mucho temor de ello. Aún así yo seguí adelante porque me había enamorado de esta gran tarea.

Mi labor en Socios En Salud era visitar a los pacientes, llevar las medicinas, atender los efectos adversos que podían tener, hacer reportes para los médicos y sobre todo acompañarlos en esta dura travesía que debían de vivir.

Cada día fue un reto. Nuestro objetivo era que ningún paciente falleciera y para ello debía no solo ser la enfermera, sino la psicóloga y la asistenta social. Sus problemas no solo era clínicos, sino también emocionales y sobre todo económicos. No obstante, mi sola presencia hacía que se sintieran más tranquilos y con esperanza.

Muchas veces era el escudo ante la familia, quiénes no entendían que el paciente pasaba por molestias o efectos secundarios como soñolencia, cansancio, falta de apetito sexual, alucinaciones a causa de los medicamentos que ingerían a diario. Había pacientes muy elocuentes y agradecidos como también reservados y taciturnos; no obstante, podía sentir que me esperaban con ansiedad y alegría.

En su mayoría los pacientes vivían en asentamientos humanos muy lejanos y peligrosos; sin embargo, cuando terminaba de darle su medicamento ellos me acompañaban hasta la puerta e iban advirtiendo a sus vecinos que no me hagan nada porque era su ángel.

Desde que ingresé a Socios En Salud todos los días han sido diferentes, esta experiencia ha sido muy enriquecedora. He aprendido a valorar la vida y que cada paciente merece nuestro acompañamiento y cuidado de salud de manera integral, sobre todo de calidad.

Hoy me siento motivada con mi trabajo porque mis hijos han aprendido valorar ese esfuerzo. Ellos ahora en sus propios entornos como la escuela y la universidad ayudan a promover la prevención de esta enfermedad.

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